viernes, 25 de marzo de 2011

cap.4

-          ¡¡Vamos entra Diego!! – La desesperación en el rostro de su compañero era evidente, eso fue lo que consiguió que Diego reaccionara rápidamente corriendo hacia el interior del vehiculo. Cuando cerró la puerta aceleró a fondo y se alejaron carretera abajo.

-          ¿¡Que mierda está pasando Pablo?!

-          No lo sé joder… pero en las afueras está mil veces peor, he escapado de milagro

Pablo vivía en un pueblo al norte de Madrid, era 6 años mayor que Diego, tenía 29 años y era un tipo bastante callado, Diego no le conocía mucho en realidad, pasaba desapercibido entre todos los compañeros de la oficina, solo saludaba y se despedía, entre medias, solo trabajaba, eficaz, mecánico, aburrido. Era todo lo que pedían en aquella oficina de correos así que le tenían por un trabajador brillante. Pero ese no era el Pablo que estaba con él en el coche, ahora su expresión tranquila y su forma de hablar monótona habían dado paso a un manojo de nervios, estaba como nunca antes le había visto.

-          He bajado aquí para recoger a mi novia e intentar buscar algún sitio seguro, se convierten en monstruos Diego, lo he visto, si te muerden te joden, mueres y luego te levantas así, sin más,  ¡se comen a la puta gente tío!

Las lagrimas caían por el rostro de Pablo, pero Diego no sabía que decir, ni siquiera sabía lo que pasaba por su cabeza. Todo parecía sacado de una película mala de miedo de esas que tanto odiaba y siempre había evitado ver, así que se mantuvo en silencio. Pablo siguió hablando atropelladamente.

    
-          Intervino la policía en mi barrio, pero no sirvió de nada, no sabían que hacer,
Primero cargaron con las porras intentando reducir a esas cosas, fue una estupidez, cuando se dieron cuenta estaban luchando contra algunos de sus propios compañeros convertidos, entonces sacaron sus armas, ¡las balas no les hacían nada Diego! ¡Creí que me moría cuando les veía caer y levantarse una y otra vez!


        - ¿Entonces son inmortales? – preguntó Diego alarmado

-          Peor tío... después de verles juraría que esa gente ya está muerta…

Diego enmudeció, no se había detenido a pensar esa posibilidad, pero después de lo que había visto reconocía que tenía cierto sentido.
De pronto Pablo detuvo el coche bruscamente y le hizo un gesto a Diego para que bajara, estaban en una callecita estrecha de un barrio cercano, se trataba de un pequeño complejo de chalets adosados que pretendía simular una pequeña urbanización. Había algo raro en el ambiente, allí todo estaba desierto, todo estaba en silencio, estaba empezando a oscurecer, las farolas funcionaban. Pablo abrió la guantera y sacó un machete de tamaño considerable, se llevó un dedo a la boca para advertir a Diego que guardara silencio.

4 comentarios:

  1. Menuda tensión. Ya se van armando las piezas del puzzle ahora...a sobrevivir!!
    tu historia me gusta mucho ademas se lee muy rápido y bien.
    Si te apetece pásate por mi blog, tambiñén escribo sobre zombies:
    http://www.josuz-mania.blogspot.com/

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  2. Gracias Josu. Me alegro de que te guste, me pasaré sin duda por tu blog. Mientras voy a ir completando cosillas para seguir colgando. Un saludo

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  3. joder con los policias XDD Eso sería una gozada de ver. Un cuerpo entero de zombis polis XDd Me encanta!! Que tensión al final, deseando leer el siguiente ^^

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  4. Me estoy comiendo las uñas y apenas es el principio, tremenda historia amigo, saludos desde Cd. Acuña, Mexico

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